berto romero
La respuesta de Berto a un músico quejoso fue: «Los señoritos de la cuerda frotada parece que no os habéis frotado solo la cuerda». ¿Cuál era la pregunta?
Lenguajes de pareja, la criatura Lucifer, la autofelación o el problema de la abuela… Berto todo lo resuelve pero ¿quién se preocupa de él?
Berto responde con arte a todas consultas que le lanzan los espectadores pero ¿encaja igual las impresiones que tienen sobre él y sobre su ojo ladeado?
El consultorio de Berto nos vuelve a demostrar que hay gente que está como una real cabra pero, elegante y sabio a partes iguales, también tiene respuesta para ellos. ¡Olé, Berto!
Berto responde a quien sabe preguntar, pasa de quien solo quiere molestar y riñe al que merece ser reñido. Él es así. ¡Chico para todo!
Cuando Berto lo hace mal es porque se equivoca y cuando lo hace bien es que Andreu ha sabido dirigirle.
La polémica se traslada a «El chiringuito WORDS». ¿Fin de un ciclo? ¿La caída de un imperio gramatical?
Berto nos muestra sin filtros algunas de las rarezas que recibe para el consultorio. ¿Nuestra opinión al respecto? Filtros sí, gracias.
«Si logras comértelos es enmascarándolos en un puñado, como cuando le das la medicina a un gato»